Para Juan Carlos del Álamo, la aplicación de las TIC en el ámbito hospitalario se encuentra en un momento de inflexión; “un punto a partir del cual podemos trascender lo que son procesos de soporte, que son lo más básico, lo primero que se resuelve y que tenemos suficientemente maduro y con base suficiente para ir de forma intensa al ‘negocio’ de verdad; a aplicar soluciones a los problemas puramente clínicos. Unas soluciones que han de llegar de aplicar las posibilidades tecnológicas más adecuadas en cada caso. No es cuestión de encontrar la magia que abarque todo, sino tener soluciones concretas para cada problema".

“Es cierto que la informática ha replicado nuestro modelo de trabajo”, reconoce Pablo Busca. “El personal administrativo toma datos igual que hace diez años, solo que ahora los incorpora a un programa y del resto se encarga el ordenador. Con ello la burocracia ha disminuido en gran manera y eso nos viene muy bien en un servicio de urgencias. También hay que destacar la multitud de procesos que antes se hacían a mano y que ahora están automatizados: nadie piensa hoy en hacer una receta a mano. Esa fase está superada pero hay otras que nos exigen una actualización constante. Hay que seguir dando respuestas, especialmente en la parte científica que todavía está muy alejada de la de gestión. Deberíamos enseñar medicina al ordenador para que nos apoyara en muchos procesos que hoy tenemos que dejar en manos de nuestra memoria antes de tomar decisiones y que probablemente el ordenador podría ayudarnos. Si veo a un paciente con un dolor torácico por qué no va a indicarme el ordenador que puede tener una cardiopatía...”.

“No todos los servicios van al mismo paso, pero me inquieta no hacer todo lo que se puede en este campo: ha llegado un momento en el que servicios como los de urgencias, que ya tienen una informatización suficiente, den nuevos pasos para aproximar la parte científica a la de gestión: sólo así conseguiremos un sistema que realmente responda a las expectativas”, subraya Pablo Busca.

José Antonio Zumalakarregi, responsable de la Unidad de Gestión Sanitaria del Hospital de Cruces, prefiere proporcionar una visión humana del escenario en el que las TIC afrontan la problemática sanitaria. Conocedor del mundo de la urgencia y con la experiencia de haber implantado herramientas TI en ése área, aunque ahora implicado en la gestión sanitaria, Zumalakarregi subraya su papel de intermediario entre los servicios de informática, los clínicos y los proporcionados por empresas externas. “Ante todo pretendo tener una visión centrada en las personas, porque los usuarios, médicos y pacientes, son personas. Desde este enfoque hay tres puntos a tener en cuenta: el primero es la seguridad; la seguridad del paciente. Las TIC deben garantizarnos la seguridad y evitar el error humano. Se dice muchas veces que errar es humano con lo cual deberíamos asumir todos que el humano se equivocará. Sin embargo nuestra sociedad, tanto a nivel de gestores como de políticos y de ciudadanos se echa las manos a la cabeza cuando alguien se equivoca".

"Y yo me pregunto: ¿por qué dejamos el proceso en manos de la gente? Creo que las TIC tienen que garantizarnos la seguridad del paciente. Y para ello tenemos múltiples procesos que, de una forma lógica, han sido replicados en entornos tecnológicos pero que siguen teniendo una componente de error porque están en manos de administrativos y de médicos. Para los profesionales en general, el que no haya errores y el que las TIC así lo aseguren es algo que dan por hecho".
Un segundo aspecto es el compartir e integrar información. “El profesional sanitario quiere compartir información y que se integre esa información, que da por hecho que no va a ser errónea, y que pueda verla en conjunto y compartirla”.