Amplíe la base de aplicaciones

Una estrategia de CU puede empezar como una plataforma para mejorar la colaboración entre usuarios. Sin embargo, el verdadero valor de la CU se apreciará una vez que las aplicaciones estratégicas de negocio se alineen con las capacidades de colaboración y se considere el sucesivo almacenamiento y archivado de comunicaciones como un activo empresarial esencial.

“La integración de componentes de la CU con aplicaciones críticas es esencial”, afirma Redey de Accenture. “Nuestra manera de trabajar ha cambiado mucho y la gente quiere disponer de herramientas de colaboración directamente desde cualquier aplicación para no perder el tiempo”.

Para disponer de este nivel de integración, los responsables de implementación del proyecto de comunicaciones unificadas deben identificar qué sistemas y aplicaciones pueden beneficiarse de una mayor colaboración y automatización y, a continuación, rediseñar estas aplicaciones con el objetivo de incorporarlas al nuevo modelo de comunicación.

Además, la CU permite convertir algo tan sencillo como una llamada de voz en una forma enriquecida de comunicaciones que incluye fotos, presentaciones, vídeos y sesiones de conferencias. Esta información se puede archivar e indexar de forma que sea posible su recuperación en cualquier momento y, con ello, dotarla de valor como una pieza vital del negocio.

Extienda la capacidad más allá de su entorno corporativo

El verdadero reto al abordar un proyecto de comunicaciones unificadas radica en llevar estos beneficios más allá de los confines físicos de la compañía para aglutinar las comunicaciones de los clientes, proveedores y socios.

La CU puede proporcionar un ahorro frente el modelo tradicional de comunicaciones, reduciendo gastos en ítems como las sesiones únicas de colaboración o en los costes de transporte para asistir a conferencias o eventos.

Los responsables de implementar la solución deben determinar a priori cómo de abierta ha de ser ésta ya que todo debe poderse integrar correctamente al tiempo que se asegura la interoperabilidad entre aplicaciones. Asimismo, tiene que existir cierta flexibilidad por si fuese necesario instalar nuevas aplicaciones o aumentar la capacidad de la plataforma para asegurar el crecimiento del negocio.

SIP (el protocolo de iniciación de sesión) sigue siendo la manera más popular de iniciar comunicaciones en redes convergentes. Debido a su flexibilidad y adopción universal, SIP es un componente básico en cualquier despliegue de comunicaciones unificadas. Sin embargo, aún existen inconsistencias entre los distintos proveedores de implementaciones SIP que podrían afectar a la integración de soluciones procedentes de diversas compañías.

Esto hace que los responsables de seguridad de la compañía también deban comprobar que el equipamiento de seguridad perimetral que tienen implantado es capaz de operar bajo el tráfico SIP y los protocolos de transporte de envío de paquetes de datos.

Las comunicaciones unificadas son uno de los mayores retos tecnológicos al que se enfrentan actualmente compañías de todo el mundo y una fórmula idónea para reducir costes al tiempo que generar nuevas oportunidades de negocio y ventajas competitivas. El camino no es fácil pero teniendo en cuenta estos cinco pasos el éxito en este desafío está mucho más cerca.