Contundentes, concretas y nada esperanzadoras son las respuestas recogidas en una encuesta realizada desde el Observatorio del Trabajo Autónomo de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), presidido por el profesor José Barea, en el que se han participado a un total de 1.184 trabajadores autónomos españoles

De entrada, tres de cada cuatro autónomos (74,2%) confiesan que su negocio se ha visto afectado negativamente en lo que va de año, frente a un 13,4% al que la crisis le ha pasado desapercibida y un 11,7% que manifiesta que el balance de su negocio es positivo.

Dentro de este 11,7% (139 respuestas del total de la muestra), casi el 13% (12,8%) indica que su negocio ha mejorado más de un 21%; un 23,4% que lo ha hecho entre un 11 y un 20% y el 60,7% que la mejora ha sido inferior al 10%.

Del 74,2% que se queja de que su negocio ha disminuido como consecuencia de la crisis, prácticamente la mitad (44,9%) cifra la misma en más del 21%; el 36,3% entre el 11 y el 20% y el 15,9% por debajo del 10%.

El desplome en las ventas y la pérdida de actividad (59,4%) ha repercutido sobre seis de cada diez empresarios autónomos, constituyendo la causa principal del deterioro de su negocio; le siguen el escenario de la morosidad tanto pública como privada (20,5%) y la falta de acceso al crédito en las entidades financieras (14,6%); aportando otros factores el 5,8% y un 0,3% no se manifiesta.

Cuestión clave y preocupante, que resume y avala los datos precedentes, es que siete de cada diez autónomos (70,5%) piensan que su facturación no mejorará a lo largo de 2011, frente a un 20,4% que opina lo contrario y un 9,1% no se manifiesta.

Negras nubes sobre el escenario económico y laboral

Otro termómetro paralelo a la crisis y que afecta de lleno al colectivo de empresarios autónomos lo conforma la realidad laboral española y sus expectativas.

Prácticamente ocho de cada diez autónomos (79,8%) no ha contratado a nadie en el primer semestre de 2011, frente a un 20,4% que sí lo ha hecho y un 9,1% que no responde a la cuestión que se le plantea desde el Observatorio del Trabajo Autónomo de ATA.

Con relación a las previsiones para lo que resta de año, la respuesta es demoledora: de nuevo, nueve de cada diez empresarios autónomos (90,1%) no tienen ninguna intención de contratar nuevos trabajadores en el año en curso, frente a un escasísimo 6,7% que, en principio, piensa hacerlo y un 3,2% que no facilita su opinión.

Centrándose en el contundente porcentaje (90,1%) que no prevé contratar nuevos trabajadores en 2011, la causa primordial para prácticamente la mitad de los autónomos (46,4%) reside en la caída de la actividad; para casi la cuarta parte (24,5%) a imposibilidades económicas; para algo más de una docena por cada cien (15,4%) a que en este momento está llevando a cabo reducciones en la plantilla y para el 9,5% de los encuestados a que la propia actividad no precisa de ningún nuevo trabajador. Un 4,2% opta por no manifestar su opinión. 

Por otra parte – y la respuesta no deja de ser preocupante y hay que tenerla muy en cuenta – para más de tres de cada cuatro encuestados (76,4%), el paro continuará su marcha ascendente durante este año, frente a un 13,5% que opina lo contrario y un significativo 10,1% que no facilita ninguna respuesta.

Con relación a las expectativas de la situación económica nacional, el pesimismo luce con mayúsculas y en neón: tras tres años de crisis, nueve de cada diez autónomos – el 89,3% - opina que la situación económica del país se mantendrá igual (39,3%) e incluso que irá a peor (50%), frente a un 5,5% que piensa que mejorará y un 5,2% que no contesta.

En definitiva, un altísimo porcentaje de autónomos pronostica de “luto económico” 2011, basándose en las débiles expectativas económicas y los negros nubarrones del empleo.

El futuro está en la cuerda floja

• Acceso al crédito: las dificultades permanecen

Aunque seis de cada diez empresarios autónomos (61,5%) continúan dirigiéndose a alguna entidad financiera con la esperanza de que les concedan liquidez para sostener su negocio y economía familiar, frente a un 37,5% que en este sentido no hace ningún esfuerzo, la respuesta obtenida desde las entidades financieras no puede ser más desoladora: prácticamente a uno de cada dos (48,6%) le deniegan la financiación que solicita; a uno de cada cuatro (26,8%) se la conceden pero por un importe inferior al solicitado y también uno de cada cuatro (24,6%) no ha tenido ninguna dificultad.

• Morosidad: falta de respeto, en el cumplimiento de los plazos

Otra de las losas que soportan los autónomos es la morosidad. El retraso, tanto público como privado, que arrastran y padecen los autónomos y que afecta, de pleno, a la “supervivencia” del negocio familiar, lo confirma que casi de seis de cada diez autónomos (58,9%) responde que su negocio se ha visto afectado por culpa de esta lacra, frente a un 38,9% que responde lo contrario y un 2,2% que no sabe/no contesta.

Los autónomos también protestan de lo dilatado de los tiempos a la hora del cobro. Existe una manifiesta falta de respeto de los deudores a la hora de cumplir con los contratos firmados, incumpliendo los plazos legales que establece la Ley de Morosidad.

Casi siete de cada diez autónomos (64,2%) tarda más de seis meses en cobrar sus facturas y de ellos, casi uno de cada tres (30,4%) más de un año (más de 361 días).

Respecto a la nueva línea ICO que ha puesto en marcha el Gobierno para que las entidades locales puedan hacer frente a las deudas contraídas con empresas y autónomos, prácticamente la mitad (48,8%) opina que dicha medida no va a ser efectiva, frente a un 40,1% que se muestra más esperanzador y cree que sí va a funcionar y un significativo 11,1% que no sabe/no contesta.