Opinión
Infraestructuras de sistemas: De la edad del "hierro" a las etéreas nubes
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Todos los que llevamos tiempo involucrados en el mundo de la tecnología, y en concreto en la de SAP, hemos podido ver cómo ha evolucionado en los últimos 15 años, desde que la compañía de software empezó a separar en sus aplicaciones la capa de tecnología de la funcional: desde aquellas versiones 4.6D Basis, sobre las que desplegó nuevos servicios y funcionalidades (BBP, CRM, MySAP.com, etc.) hasta las actuales y más modernas versiones NetWeaver o SAP Business Objects .
Esta evolución en la tecnología, que SAP siempre ha seguido de forma pausada pero constante, segura, aplastante -alguien que conozco diría que es como una “máquina de asfaltar que, de forma lenta y segura, deja un acabado impecable”-, se vio acompañada con la inevitable aparición de “las granjas de servidores” como infraestructuras necesarias para alojar los nuevos componentes, que permitían al negocio utilizar los procesos necesarios para su mejor desarrollo y crecimiento.
Fue la época de la escalabilidad a fuerza de hardware, a fuerza de 'hierro' -como llamamos al hardware coloquialmente-. Desde entonces los costes asociados a este crecimiento sufrieron un fuerte incremento, del que sólo se han medido directamente, desde el punto de vista de IT, los directos del hardware y sus aplicaciones.
Pero hay otros que muchas veces pasan inadvertidos: los costes de consumo energético; los derivados de enfriar los centros de procesos de datos, que son los que a lo largo del tiempo lastran los gastos generales. Es curioso pensar que, además, la factura de contrarrestar el calor desprendido por el hardware, son gastos que se producen por un desperdicio de energía convertida en calor. Energía que también pagamos: qué paradoja gastar en enfriar un calor que producimos y no necesitamos.
Pero esta evolución tecnológica, lejos de aflojar el ritmo, cada vez es más y más intensa. Y cada vez está más presente en las nuevas aplicaciones (como ejemplo podríamos pensar en todos los cambios en el ámbito de las aplicaciones SAP Business Objects, BPC o Sybase; lo que supone nuevos retos para la evolución de las infraestructuras, de las que se espera mayor eficiencia y menores gastos.
Y no sólo menores costes directos del hardware, si no también menores costes asociados, los costes de energía y climatización, por ejemplo. Esta es la clave del éxito inicial de la virtualización para los centros de datos: el aprovechamiento óptimo del hardware mediante la consolidación de servidores.
De esta forma, es fácil trasladar las aplicaciones desde un hardware anticuado a hardware más moderno, con consumos muy inferiores y con necesidades de refrigeración también muy inferiores, lo que impacta directamente en la cuenta de resultados.
Como dato hay que indicar que un procesador de hace tan solo tres o cuatro años tiene un consumo en torno a los 100 vatios, mientras que un procesador actual consume unos 30 vatios. Si a estas diferencias, que son ventajas directas de la renovación de hardware, sumamos las de la consolidación de servidores y que permiten reducir drásticamente su número, el ahorro es considerablemente mayor.
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