Todo esto (y por supuesto otras muchísimas consideraciones) obliga a cambiar de forma radical el modo en que se han estado realizando los desarrollos informáticos en la mayoría de las empresas: hay que realizar desarrollos en muy corto plazo de tiempo, que deben ser puestos en producción, probar los resultados, el efecto en los clientes y volver a modificar para ajustar o entregar nuevas funcionalidades.

Estas necesidades han fomentado la utilización, cada vez mayor, de modelos tipo “AGILE” (Scrum, Kanban, Lean…), que permiten realizar desarrollos en equipos reducidos, gestionados de formar independiente y orientados a la entrega de funcionalidades nuevas en ciclos muy cortos de dos a cuatro semanas.

Guillermo Montoya

Nada de esto es nuevo, pero las crecientes necesidades del negocio han hecho que se esté aumentando de forma exponencial su uso en la mayoría de las empresas.

Hay un hecho diferencial que ha hecho posible que esta nueva forma de trabajo sea aplicable de forma sencilla: la aparición de Herramientas para Integración Continua.

Para poder realizar ciclos de desarrollos en plazo de días es preciso hacer las cosas de forma totalmente diferente, no se puede mantener el control y garantizar que todo se hace con la calidad adecuada sin las Herramientas precisas.

La Integración continua es una práctica de desarrollo descrita por Martín Fowler según la cual, en lugar de trabajar de forma independiente, y cada componente del equipo por separado para, y, finalmente, integrar el resultado (con los consiguientes problemas de incompatibilidades que hay que resolver) los equipos de trabajo pueden estar realizando integraciones de forma continua. La integración se garantiza por las herramientas de construcción automatizada, asegurando que la integración en correcta y realizando las pruebas también de forma automatizada para detectar posibles errores de integración de la forma más rápida posible. Esta forma de trabajo permite a un equipo de trabajo desarrollar software de forma rápida y a la vez garantizando que se mantiene la coherencia entre los trabajos realizados por los distintos miembros del equipo.

Para poder hacer estás funciones de forma automática se precisan mecanismos de gestión de versiones (como GIT o subversión), herramientas para facilitar ese trabajo (Stash, Bitbucket, o Fisheye), herramientas de integración/despliegue/entrega continua (como Bamboo, Hudson, Jenkins, etc.), y otras como Maven, Ant o MSbuild.

Es muy importante que las herramientas que se utilicen sean muy intuitivas y permitan su utilización de forma rápida y sin precisar adaptaciones significativas o excesivamente complicadas.

Además es necesario disponer de la información para el adecuado seguimiento del proyecto, el seguimiento de incidencias y la gestión de las tareas que realizan los distintos componentes. Para estas actividades se necesita un Gestor de Proyectos o cuando menos una herramienta de Gestión de Tareas sólida, pero también que sea muy adaptable e integrada con las herramientas que hemos mencionado antes. Herramientas como JIRA pueden ser de mucha utilidad.

Herramientas muy adaptadas entre sí

Es importante que las herramientas de gestión de Proyectos/Tareas y de integración continua estén “muy” adaptadas entre sí. Los equipos de proyectos deben ver la gestión como una actividad natural, y como resultado de los trabajos que están realizando en otra herramienta. Los días en que era preciso en ir a otra herramienta para reportar el trabajo realizado no pueden continuar. Los equipos de proyecto se deben centrar en sacar adelante el trabajo y las herramientas deben permitir obtener la información de forma automática para los Gestores.

Lo normal es que los equipos de desarrollo ágiles estén integrados en proyectos de mayor envergadura donde pueden existir varios equipos de estas características en paralelo o conviviendo con equipos de proyecto que utilizan otras metodologías más tradicionales. La herramienta de Gestión de Proyectos debe permitir el seguimiento conjunto del proyecto y, además también, de forma integrada. Debemos evitar el tener que reportar información a otros sistemas sólo para el seguimiento.

La Gestión de proyectos permite el Seguimiento de los proyectos de cada equipo, la gestión integrada de varios equipos en un gran proyecto y los niveles de agrupación necesarios hasta el seguimiento por la Dirección. Cuando se selecciona una herramienta de este tipo hay que comprobar que tiene esta flexibilidad y las interfaces necesarias para permitir las integraciones que su organización precise sin tener que hacer grandes adaptaciones a los productos.

Otras herramientas, cada vez más necesarias, son aquellas que ofrecen espacios de colaboración para compartir la información que necesitan los equipos de trabajo, realizar búsquedas rápidas de información y comunicar a los equipos entre ellos sin necesidad de utilizar correos electrónicos. También en este caso, la herramienta debe permitir el configurar de forma sencilla la información que necesita el equipo de trabajo y, a la vez, compartir la información necesaria con otros equipos del proyecto o con el resto de la organización. Confluence o Hipchat pueden ser, al igual que otras muchas, buenas opciones para poder afrontar este salto a la colaboración.

Una correcta utilización de estas herramientas colaborativas puede hacer cambiar la forma tradicional de la formación en su empresa, fomentando la autoformación y la búsqueda sencilla de la información requerida.

Integración no demasiado compleja

Por supuesto estas herramientas deben tener conexión con otras herramientas del ciclo de desarrollo: herramientas de documentación de requisitos, de análisis y diseño, de modelización de datos, etc. Debemos comprobar que las herramientas que elija sean lo suficientemente abiertas y tengan ya construidos los conectores que necesita. La integración de herramientas debe ser lo más parecido a un “plug and play” y no debe precisar realizar desarrollos de integración excesivamente complejos.

Y un último punto: con este número de herramientas diferentes y su aparente complejidad, esto podría ser caro. Pero no. Estamos hablando de una nueva generación de herramientas, muy flexibles y fáciles de configurar, que disponen de los conectores necesarios con otras herramientas para que no se tengan que construir en la empresa y que tienen un coste que no tienen nada que ver con herramientas de generaciones anteriores. Y si no existen los conectores, estas herramientas suministran los instrumentos necesarios para construirlos (APIs). Las licencias están pensadas para pagar sólo por el uso realizado y e igualmente concebidas para implantarse de forma progresiva a medida que los distintos equipos adquieren la formación y asumen el cambio cultural que supone trabajar de esta manera.

Si sus herramientas actuales son caras o poco flexibles seguramente tendría que cambiar rápidamente. Y ahora, como hemos visto, hay una nueva generación de herramientas que le ayudarán a realizar ese cambio. ¿A qué espera?