¿Hasta qué punto contamina la utilización de material de trabajo en oficinas? ¿Hasta qué punto lo hace un ciudadano en su vida diaria? La verdad es que la mayoría de usuarios se siente culpable por la contaminación medioambiental que genera el uso de dispositivos tecnológicos en sus hogares u oficinas.

Estas son las principales conclusiones de una encuesta encargada por Lexmark Internacional, el conocido proveedor de soluciones de de impresión, y realizada por Ipsos entre 10.507 personas de 21 países distintos, con edades a partir de 15 años y que utilizan ordenador en su casa. Hubo al menos 500 entrevistas por país, abarcando muestras nacionales representativas para el objetivo del estudio.

Sin embargo, las conclusiones del estudio revelan que la mayoría de los encuestados no son capaces de identificar los hábitos que más contaminan a la hora de imprimir. Pero sí hace especial hincapié en que el elemento femenino conoce estas prácticas mejor que el masculino y que, además, se sienten algo más culpables que los hombres cuando su comportamiento no es todo lo ecológico que debería de ser.

Las principales conclusiones son del estudio, son:

• El 91% de los encuestados preferiría arreglar un dispositivo en garantía antes que deshacerse de él
• El 85% elegiría con frecuencia la opción de impresión más ecológica si está disponible con un solo ‘clic’ o pulsando un botón
• El 84% estaría más dispuesto a comprar un producto si el fabricante muestra más respeto por el medio ambiente y se preocupa del reciclaje
• El 75% se siente culpable de imprimir páginas innecesarias
• El 64% piensa erróneamente que el desecho de los cartuchos es la principal causa de contaminación derivada de la impresión

Como indica José Luis Domínguez, director de Marketing de Lexmark España, “el estudio muestra claramente que la gente necesita más formación y consejo para acceder a las mejores prácticas en impresión, y nos hemos ha comprometido a difundir esta información.

Lexmark ya reconoció hace años que minimizar el impacto medioambiental y optimizar la eficiencia de los productos forma parte de nuestra responsabilidad corporativa. Por tanto, nuestras prácticas son ecológicas en cada fase del ciclo de vida de los productos y en todas nuestras operaciones”.

Aunque las tres cuartas partes de los encuestados se sienten culpables acerca de sus hábitos de impresión, muchos consideran que los fabricantes podrían aportar más ayuda y educación. Así, solo 39 de cada 100 encuestados creen que las compañías tecnológicas son lo suficientemente responsables a la hora de reciclar.

Los resultados, en cambio, sugieren que una actitud ecológicamente responsable por parte de los fabricantes ejerce una gran influencia en la decisión de compra de los consumidores, con un 84% de los encuestados afirmando que estarían más dispuestos a comprar productos de una marca preocupada por el reciclaje.

Otra sorprendente conclusión fue, los europeos se implican, pero se preocupan menos que los estadounidenses. En efecto, en general, la mayoría de los europeos (un 69%) se preocupa por los efectos negativos del gasto en papel sobre el medio ambiente, aunque se siente menos culpables que los estadounidenses (un 78%) de este gasto y del desecho de dispositivos.

Los usuarios europeos sin embargo, confían menos en los programas de reciclado de los fabricantes, en contraste con Estados Unidos y el resto del mundo. Sólo un 37% de los encuestados en Europa cree que los fabricantes hacen lo suficiente en cuestiones de reciclado, frente a casi la mitad (46%) de los estadounidenses americanos y la media global del 39%.

También hay que destacar la implicación de la mujer: en los 21 países que comprende el estudio, las mujeres han mostrado mayor preocupación que los hombres por el impacto de sus hábitos sobre el medio ambiente, además de saber reconocer mejor los peligros que supone una mala práctica de impresión. Igualmente, las mujeres son más proclives a adquirir productos de fabricantes que reciclan.

El 71% de las mujeres además, se muestra culpable cuando desechan un dispositivo en vez de repararlo, frente al 63% de los hombres. El género femenino es también más consciente del gasto de papel: el 79% se siente culpable al imprimir páginas innecesarias, comparado con el 71% de los hombres.

Pero una conclusión preocupante es que, la gran mayoría de encuestados (un 64%) cree erróneamente que la tinta y el tóner constituyen la principal amenaza para el medio ambiente en lo referente a la impresión. No obstante, menos de la mitad de los usuarios (un 46%) entienden que, de hecho, el gasto en papel supone el mayor contaminante medioambiental. Este es el apartado que más formación e información requiere, con el fin de que los consumidores refuercen sus hábitos para contribuir hacia una mayor sostenibilidad.

Por su parte, el Análisis del Ciclo de Vida de Lexmark concluye que la mayoría de la contaminación medioambiental generada por una impresora se deriva del gasto en papel (47%), frente al 10% de contaminación que puede atribuirse al consumo energético y el 11% de los cartuchos de tinta. De manera similar, la mayoría de emisiones de CO2 tiene lugar durante la fase de uso de los equipos: 68 por ciento en el caso de impresoras multifunción de inyección de tinta. Más información en www.lexmark.es